Big data, robots, realidad aumentada ... ¡la cuarta revolución industrial está en marcha! Pero es mucho más que tecnología, también nos obliga a repensar la forma en que trabajamos, la forma en que organizamos el trabajo y el lugar de las personas en esa nueva industria inteligente y tecnológica. Esta revolución debe ser humana y sostenible, centrada en las personas y sus necesidades y en el cuidado de nuestro entorno.